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¿Qué es la tierra en el cosmos? Menos ciertamente que un grano de arena. ¿En el cosmos, qué es el hombre? A juzgar por su tamaño, mucho menos que un microbio. No parece que el universo hubiera sido hecho a la medida del hombre. Por lo demás, por muchas que sean sus extensiones tecnológicas, sigue éste investigando con sus solos cinco y limitados sentidos. Incapaces de explorar más allá. Los telescopios más avanzados se sumerjen con limitaciones en profundidades que podrían ser tan solo comienzos. Por otra parte, es todo tan bello. ¿Cómo entender la belleza, cuál su fundamento en este escenario vertiginoso? En esta grandeza cósmica, en esta aparente pequeñez humana, ¿cómo entender al cosmos, y al hombre y a Dios?
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Qué universo es más inmenso
cuál tiene más estrellas
el que muestra la noche constelada
–sobre mi cabeza Orión
y la Cruz hacia el sur y Alfa Centauro–
o el que se abre profundo y sin medida
cuando cierro los ojos.
En la hondura abismal de nosotros mismos ¿hallaremos algún día la respuesta?
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© 2012
Lino Althaner
Jul 27, 2011 @ 15:12:57
Queridísimo Lino (ojo que la palabra “queridísimo no existe”, pero al menos está muy lejos de la coprolalia y cuando se busca recalcar un verdadero sentimiento de afecto, creo que bien vale la pena distinguirlo con un bienaventurado énfasis):
Qué agregar a la reflexión acerca del inconmensurable cosmos. A veces pienso que siendo el ser humano parte del cosmos, tal vez no debería sentirse disminuido ante él. El cosmos puede verse en una parte diminuta y esa ya es sufieciente para abrumar al observador, esa es su parte finita, porque la finitud está dada por el alcance de los sentidos humanos; pero sin duda hay una parte que es invisible y esa no tiene comienzo ni fin; no se la puede nombrar porque es parte de lo Increado. Cada vez que el ser humano hace un descubrimiento que atribuye a sus ciencias, soberbiamente se aparta de su Creador Padre- Madre (ojo Lino que esto es gnósis, y lo supe después de acercarme a los maestros aun teniéndolo claro desde siempre), y no reconoce en ese descubrimiento otra señal de su manifestación en la realidad física. La soberbia humada no permite entender que todo aquello que vemos son solo consecuencias de algo que con nuestros cuerpos jamás podremos explicar. Solo es espíritu entiende su verdadero origen y el sabe nombrar las cosas porque ha visto al Padre. Para el espíritu el cosmos es el mismo, forma parte de él, y no le teme. La grandeza del espítitu es la grandeza del cosmos. Del Padre salió una vez, y a él reconoce, por eso vuelve porque sabe el camino, aun cuando su conciencia encarnada no reconozca. Es tan fácil actuar fuera de las ciencias, que no reconocen sus limitaciones, aun siendo evidente que todas las consecuencias que examina son comprobables y posibles de ponerse a pruebas; eso sí, a la última causa de Todo, no se tiene acceso en la carne.
Un abrazo Lino, fuerte como los daba nuestro hermano XTO.
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