Estos poemas son parte del libro que estoy preparando, Iluminaciones y oscurecimientos. El acompañamiento iconográfico es de Schiele, maestro de luz y de tinieblas.
Anduve cuanto tiempo
a la busca de mí mismo.
En el abismo me reconocí.
Despierto me mantuve por unos momentos.
Vi la imagen de un hombre de verdad.
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Orfeo
Fui a buscar a mi amor al infierno.
Lo encontré y lo traje de regreso
firmemente tomado de la mano.
Más de pronto ya muy cerca de la superficie
volví la cabeza hacia Euridice.
¿Era ella en verdad?
Volví la cabeza y otra vez
se perdió en el abismo.
Así mi amor se salvó .
Para yo perderme en la luz.
La extraviada
Eras una con las flores que seguían a la luz
hasta que con ellas se esposaban.
Y la luz de las flores una con tus manos.
Con las aguas corrompidas
que al toque de tus manos se hacían de cristal.
Y calmaban mi sed.
Eras una con el agua de la vida.
Y cruzabas en tu andar
espacios sin futuro ni pasado
y se abrían a tu paso puertas y ventanas.
Enseñabas a los hombres la escalera
para que se vieran a sí mismos
abiertos a la luz.
Sabia amante y amiga y hermana
cómo fue que de pronto perdiste el sentido
del poniente del levante
del arriba y del abajo.
Cómo fue que tu vía se estrechó
y acabó en despeñadero.
Cómo fue que en el mundo te extraviaste.
Y contigo terminaste de perderme
tú venida de lo alto.
Yo me puse en la hilera
a esperar lo inevitabe.
Y llegaron los verdugos hasta ayer mis amigos.
Me enseñaron tus despojos
y me hicieron hincarme a sus pies.
Pesadilla
Que regreso a la locura
del reloj a la entrada y la salida
que me impide la corbata respirar
que me frenan los barrotes.
Que regreso a los oídos
que pesan mi palabra y mi silencio
a los ojos que calculan mis subidas
y se alegran midiendo mis bajadas.
Que me ataca la bestia
que indica la vía al desencanto.
Que le entrego mi sangre y mi sudor
de espaldas a la vida.
Que la bestia se emborracha
con la esencia de mi vida.
A la última luna
La tierra es una llaga
el sol un cauterio
una a una se pierden las luces
en el mar que las devora.
Ya no estallan las olas en la playa
ya no canta la brisa
y un niño que se muere de hambre
es el solo habitante de la tierra.
No se encienden las hojas otoñales
ni el invierno dará amor a las semillas.
Se ha teñido el sol de negro.
Pero mi madre la luna
no declina en la espera.
Espero que hallan disfrutado esta entrada. Especialmente me interesan vuestros comentarios acerca de los versos.
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Nov 21, 2011 @ 09:18:54
Lino, me encantaron.
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Nov 21, 2011 @ 10:38:32
Entre palabra y palabra de su comentario se ocultan universos.
Lino
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Dic 29, 2011 @ 08:38:11
Hola Lino:
Un poema de dolor para resistir las horas de las termitas, oxigenadas por un aire de artificio, con cientos de respiraciones, jadeantes de apuros, abrumadas de imposturas; nada justifica el encierro de las verdaderas esencias; somos, al fin y al cabo, esclavos de nuestras falsas preferencias y estamos al final de todo. Pronto saldrán huyendo y nosotros los buscaremos para que nos acompañen en la salida.
Un abrazo en XTO.
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Dic 29, 2011 @ 11:10:58
Hola, Carlos, el primer poema da la clave:
Anduve cuanto tiempo
a la busca de mí mismo.
En el abismo me reconocí.
Despierto me mantuve por unos momentos.
Vi la imagen de un hombre de verdad.
Acabo de terminar de leer un libro muy emocionante acerca de la vida de Juan de la Cruz. No más de ciento cuarenta páginas. Esa vida dice de cómo sacar fuerzas de las aparentes dificultades y flaquezas, de cómo triunfar detrás de los barrotes. Porque en la cárcel escribió Juan gran parte del Canto espiritual, ese poema luminoso y genial acerca de la máxima hermosura, el máximo amor y la mayor alegría.
Lino
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