.

photo http://www.skyscrapercity.com (tunari) - Rights reserved
.
Desiertos como éste tenemos en todos los continentes. Todos silenciosos, todos inundados de misterio, escondiendo qué tesoros, qué secretos. ¿Algún día saldrán a la luz?
Específicamente el de la foto está ubicado en el Altiplano del suroeste americano, allí donde confluyen las fronteras invisibles de cuatro ilusorias nacionalidades. La cercanía del mar y de las montañas multiplica en el desierto los secretos. Fósiles. Momias. Antiguos monumentos. Restos humanos recientes.
Por algunos metros cuadrados de estas tierras los hombres se han enfrentado unos a otros reiteradamente. Claro que el desierto se ha tragado la sangre. Pero sigue la sangre estando presente en la mirada de los hombres. Acechan las cuatro policías a los indocumentados.
De un desierto parecido al de la foto salieron estos versos. De un desierto que esconde en sus entrañas muchos muertos, todos de la misma patria, que no reconoce fronteras. Pero oculta también el misterio de la luz.
El desierto está henchido de secretos.
Las arenas los guardan
y el rocoso subsuelo.
El viento que se lleva las palabras
las disuelve.
Los montes custodios del silencio
vigilan con celo.
Sin brújula ni senda
oriento mis pasos.
Mido mi sombra
e indago en cada una de mis huellas.
Tomo el pulso a las montañas.
Y el sol cómo me ciega
mientras cavo sin prisa en la arena.
Rompo la roca.
Intento en la noche
perforar el cielo.
Casi alcanzo la luna y las estrellas.
El cielo me da su recompensa:
no me dice de sangre derramada
pero sí de una historia de verdad.
(De ‘La hora violeta’, Festina Lente, Santiago 2009)
.
Abr 16, 2012 @ 09:43:02
Por un puñado de tierra seguirán los hombres derramando su sangre en desiertos, montañas y playas. Lo que me lleva a su entrada anterior sobre las enseñanzas del maestro eckhart: tenemos que desprendernos de las ataduras y posesiones. Ay pero que difícil se nos hace desprendernos de la nacionalidad o de la posesión en el amor. Nos atamos a ideas y personas cual sí fueran cosas.
Me gustaMe gusta
Abr 16, 2012 @ 10:10:45
Eso demuestra, a mi juicio, lo infantiles que somos los hombres, por lo menos a estas alturas de nuestro desarrollo. Es el infantilismo de que se aprovechan los poderes del mundo para hacer de nosotros siervos al servicio de intereses que no son los nuestros. Bienvenidos tus comentarios, siempre tan pertinentes. Un saludo afectuoso, Lino
Me gustaMe gusta
Abr 16, 2012 @ 09:54:40
Esta entrada me lleva a la anterior donde el maestro Eckhart nos exhorta a desprendernos de el apego a posesiones e ideas como la nacionalidad.
Me gustaMe gusta
Abr 17, 2012 @ 07:21:23
Dijo el maestro Luis Cardoza y Aragón (guatemalteco): “El nacionalismo es una idiotez creada por unos idiotas para otros idiotas”. Y agregó: soy “ciudadano de la Vía Láctea”.
Me gustaMe gusta
Abr 17, 2012 @ 09:38:01
Para tenerlas presentas. La verdad es que ser ciudadano de la Tierra es poco para el ser humano. Sin embargo, cómo solemos dejarnos engatusar, desde el parvulario, con la tontería esa. Bienvenido, Julio, tu comentario. Felicidades.
Me gustaMe gusta