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Debemos guardarnos del deseo mal encaminado. Cualquiera que sea su objeto, es el origen del dolor, del sufrimiento. No sólo el deseo de cosas materiales, no sólo el de las cosas gratificantes para los sentidos. También, por ejemplo, el deseo de conocimientos puede ocasionar sufrimientos. También son ilusorios y pueden prepararnos trampas crueles. Así, por ejemplo, el deseo de unos conocimientos en los que se cifran expectativas desmesuradas. El saber en que nos empeñamos pues queremos encontrar en él la respuesta a las preguntas que creemos vitales, aquéllas en que todo está en juego. La respuesta que nunca encontramos enteramente.
Buscamos por medio del saber. Y en la búsqueda solemos excedernos. Por arriba, por abajo, por los cuatro puntos cardinales. En las estanterías de las bibliotecas soñamos que algún día hallaremos el conocimiento que por fin nos dará la respuesta integral, la que nos deje del todo satisfechos.
Acumulamos conocimientos. Examinen, por ejemplo, la lista de materias de que trata este blog (las llamadas ‘etiquetas’). Cada palabra, cada nombre, es testimonio de una búsqueda que no ha terminado. De jardines a veces apenas explorados. De las flores encontradas en ellos, que son sólo unas cuantas. Cuyo aroma disfrutamos, que parecen de repente darnos una pista. Gozamos de nuestro gran empeño. Aunque también nos desvivimos en la búsqueda.
Y vemos de pronto, todo ese conjunto de datos, de filosofías, de espiritualidades, de verdades aparentes, de bellezas, como vinculados por una red invisible en la compleja trama que debería conducirnos, nos parece, al más simple conocimiento, el no alcanzado conocimiento de lo Uno que todo debiera explicarlo y a todo debiera darle sentido. Vemos todos los libros como partes de un solo Libro inmenso del cual sólo hemos leído, con todo nuestro esfuerzo, no más que unas cuantas páginas. Pues todos los escritos se relacionan entre sí, velada o abiertamente. Esto puede ser muy gratificante para el cazador de saberes y sabidurías.
Aunque puede ser también muy desolador. El deseo de un conocimiento no recompensado por certeza alguna, suele causar sufrimiento. Como cualquier deseo insatisfecho. Enfrentados a ello, podemos caer en gran desazón.
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Debemos guardarnos de estos deseos excesivos. Los sabios taoístas nos lo advierten, por ejemplo. La sabiduría está por encima de los saberes. Los saberes pueden ser contrarios a la sabiduría. Los sabios sufis insisten en lo mismo. Las siguientes son palabras del gran poeta, místico persa y teólogo musulmán Jalal ad-Din Muhammad Rumi (1207-1273), más conocido simplemente como Rumi:
‘Tús búsquedas locas te herirán
y de tanto buscar
no verás el gran tesoro
que aguarda al otro lado de tu puerta.
‘El querer siempre más,
sólo proporciona esclavitud.
Buscar el Cielo más allá de tu puerta
en piedra volverá tu corazón.’
Lo que buscamos en los libros, lo que buscamos más allá de las estrellas, se encuentra junto a la puerta de nuestra casa. Se encuentra dentro de nosotros. Esto es, asimismo, sabiduría cristiana, evangélica.
Bella es la búsqueda de conocimiento, si no es mero afán de ostentar erudición. Pero debe ser emprendida con prudencia y con toda humildad, sin soberbia. La sabiduría de los libros es, toda ella, sabiduría humana. En la humana sabiduría no se encuentra el conocimiento de lo Absoluto. Sin embargo, se halla lo Absoluto junto a la puerta misma de nuestra morada interna, morada del espíritu, donde conectamos con la divinidad. Según me parece. Allí, en nuestro interior, alojamos al Reino de los Cielos.
Recordemos siempre estas otras palabras de Rumi:
El mucho saber obstaculiza el conocimiento total
y el pensamiento no trae la comprensión.
Pues, el conocimiento total sólo es posible obtener olvidando los conocimientos excesivos que hemos adquirido. Olvidando. Centrado la búsqueda en dentro de nosotros mismos.
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Jun 13, 2012 @ 09:32:30
Simplemente extrarodinario. Es así como pienso, el volverse como niños, consejo de XTO, es no tener conocimiento insustancial; es la inocencia y la pureza. Tu sabes, yo enseño parte de ese conocimiento, pero sé que no lleva a ninguna parte, sólo divide entre los que conocen y los que no conocen, pero ninguno sabe.
Un abrazo en XTO.
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Jun 13, 2012 @ 13:57:20
Es difícil desaprender lo que se nos ha enseñado. Pero sí es posible desconsiderarlo para lo que importa, relegarlo al plano que corresponde en la jerarquía de nuestros saberes. Para que ese conocimiento superfluo no nos dañe, no nos confunda. Saludos, a las seis nos juntamos a tomarnos un café o un helado en el ‘Sebastián’.
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Jun 13, 2012 @ 09:37:59
“El conocimiento hincha, pero el amor edifica. Si alguien piensa que ha adquirido conocimiento de algo, todavía no [lo] sabe exactamente como debe saber[lo]. Pero si alguien ama a Dios, este es conocido por él” (1 Cor. 8:1b-3).
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Jun 13, 2012 @ 11:22:54
Buen complemento para esa entrada. Ahora recuerdo otra cita, de San Pablo: La letra mata, el espíritu da vida’.
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Jun 14, 2012 @ 13:50:51
Thank you, Lino, for following my blog. I will continue to read your work-I will find my spanish dictionary so that I can both learn and enjoy as I read your blog!
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Jun 14, 2012 @ 14:52:36
I am glad to follow your blog. It’s very nice and seems interesting to me. I think, although, that you’re not following mine yet. ¿Or am I wrong?
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Jun 15, 2012 @ 19:57:32
El deseo mismo es el sufrimiento (porque son pensamientos del ego).
Cuando no sabemos algo, lo mejor es pedirle la respuesta al Universo; la veremos si estamos preparados para verla, cuando corresponda, no cuando queramos.
Dejar fluir… es la verdadera sabiduría. Compartir el flujo de la Vida, es nuestra misión en esta y todas las Vidas. Así es como el Conocimiento Total viene, de la Observación… y enseñar a observar es el verdadero Compartir (el Universal, no el material).
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Jun 15, 2012 @ 20:02:47
Esa enseñanza, muy presente en la sabiduría oriental, hoy día debería estar más presente que nunca. Tanto en Occidente como en Oriente, que parece que se decide por el mercantilismo globalizador. Saludos, Víctor. Feliz fin de semana.
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Jun 19, 2012 @ 07:41:46
Tus palabras casi me hacen llorar. Me siento así buscando y buscando, intentando hallar ese conocimiento absoluto que me haga entender los tantos por qués sin respuesta y que ahogan… a la puerta de tu casa… sin duda todos sabemos que es ahí donde hay que detenerse aunque no sepamos hacerlo … disculpa tanta emotividad.
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Jun 19, 2012 @ 10:48:12
Esa entrada también podría entenderse, en mi caso, como una gran autocrítica. Me la he pasado toda la vida buscando en los hombres, en el mundo, en los libros. Eso me ha procurado mucha satisfacción, por las bellezas que he encontrado en el pensamiento, en el arte, en algunas obras inspiradas por el buen espíritu. Pero también, de pronto, me pregunto acerca de si me ha servido ello para dar respuesta a las cuestiones fundamentales. Muy dudoso. Algo más de quietud, de adecuada perspectiva tal vez, producto de los años más que de tanto conocimiento. Es nuestro destino. Pero tal vez esa angustia que sentimos es prueba de que algo se esconde. Pareciera estar muy cerca, pero qué difícil encontrarlo. Toda esa desazón ¿no es acaso prueba de nuestra dignidad de seres humanos a quienes algo grande les está tal vez reservado? La filosofía oriental, por ejemplo la del taoísmo, creo que nos da un punto de vista adecuado para enfrentar la existencia, sin dejarnos avasallar por la arbitrariedad, el cambio, la transformación, el sinsentido aparente de nuestra existencia. Itsaso, un saludo afectuoso.
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