Hurgando entre mis libros, he redescubierto una antología de poesía árabe (La poesía árabe clásica, Hiperión, Madrid 2002), en la cual he conocido la obra de más de un personaje interesante, Abu al ʿAla Al-Maʿarri, pensador y poeta sirio que viviera entre los años 973 y 1058. No era precisamente un personaje religioso. Por el contrario, rechazaba la pretensión del Islam o de cualquiera otra religión de poseer exclusivamente la verdad. Se caracterizaba, además, por su respeto por la naturaleza, reflejado tanto en su vegetarianismo como en su extremada conciencia ecológica.
Forma parte del exclusivo círculo de literatos ciegos, integrado, entre otros, por Homero, John Milton y José Luis Borges, y en el mundo arábigo por Bassar Ibn Burd, Ibn Sida de Murcia y el contemporáneo Taha Husayn. La ceguera de Abu al ‘Ala, unida a su profundo escepticismo, lo llevan a recluirse en su morada de Maarat al- Nu’ man.
Lo absurdo puedo decirlo en voz alta,
más cuando digo algo cierto,
lo hago en un suave murmullo de voz.
Tal vez las consecuencias de no haber respetado esta máxima, esto es, el haber dicho la verdad en voz alta y no en un suave o ambiguo murmullo, se siguen manifestando casi mil años después de su muerte. Grupos fundamentalistas islámicos, después de haber perpetrado ataques en contra de estatuas del poeta en territorio sirio, decapitaron 3l año 2013 un busto suyo ubicado en su ciudad natal.
Las cadenas de su ceguera motivaron algunos de sus versos más hermosos:
Me veo en mis tres cárceles
y no preguntes por la funesta elección:
he perdido la vista.
Permanezco recluido en casa
y en el vil cuerpo está recluida el alma.
O este otro:
Esta noche mía es como una novia negra con collares de perlas.
Su noche, la ceguera. Collares de perlas, sus visiones poéticas, joyas de su imaginación.
En el ejemplo siguiente, su poesía es reflejo de su respeto amoroso hacia la naturaleza, de su precursora conciencia ecológica:
No comas injustamente lo que procede del mar.
No apetezcas comer la carne tierna, recién matada,
ni la que murió de muerte natural.
No atrapes a los pájaros, en su ignorancia, tendiéndoles trampas,
pues la opresión es el mal de los abominables,
y deja la miel de las abejas para las que se abren las aromáticas plantas
pues no la producen para otros ni la elaboran para repartirla.
Me he lavado las manos de todo eso.
Ojalá hubiera reparado en ello antes de que encaneciesen mis sienes.
¡Hijos de mi época!:
¿Acaso conocéis, como yo, estos secretos pensamientos,
que sin embargo antes no divulgué?
Su visión pesimista de la vida:
Pisa ligero.
No creo que la superficie de la Tierra esté hecha
sino de restos de cuerpos.
El primer verso, en la traducción, me recuerda uno inolvidable de W. B. Yeats:Tread softly because you tread on my dreams (Pisa ligero, que pisas sobre mis sueños).
Y la pregunta del escéptico, con su dejo de ironía:
Sabemos que el cuerpo no siente nada tras la muerte.
Pero, ¿siente el espíritu tras abandonar el cuerpo?
Abu-l-Ala’ al-Maarri, poeta filósofo por excelencia. Uno de los grandes de la literatura clásica árabe.
♣
© 2014
Lino Althaner
Oct 18, 2014 @ 18:32:44
Desconocía a este poeta, su respeto por la vida y su pesimismo lo hacen muy cercano pese a estar tan lejano en el tiempo de nosotros.
Casi mil años después de su muerte sigue provocando rechazo en los fundamentalistas, como supongo que ocurre con el más conocido en Occidente Omar Khayyam.
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Oct 30, 2014 @ 19:29:46
Parece conciliar un gran nihilismo en su visión de los hombres con un gran respeto por la naturaleza. Por otra parte, la reclusión del alma en la prisión del cuerpo, es un motivo ciertamente gnóstico. La nostalgia por la orilla espiritual.
Distintas tendencias que se encuentran en uno de los grandes poetas árabes, según he estado comprobando en algunas antologías y estudios sobre esta poesía.
Un gusto que hayas pasado por mi blog.
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Oct 19, 2014 @ 15:23:29
“Los muertos de mi felicidad”.
Siempre me emociona escuchar el texto de esta canción de Silvio Rodríguez y que los versos de tu poeta me han traído a la memoria. Sí, no sólo vivimos a hombros de gigantes, también de muchos seres anónimos que lo dieron todo para que hoy seamos lo que somos. Grandes héroes ignorados sobre los que es preciso “pisar ligero”.
¡Qué bellas las imágenes! Gracias.
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Oct 30, 2014 @ 19:38:15
Pisamos el polvo de los que pasaron. Los héroes, los santos, los creadores de belleza, merecen nuestra admiración. Los demás, buenos, malos y medianos, al menos nuestra comprensión, que todos comparten nuestra limitada condición. Y somos un poco, más o menos, de lo que ellos fueron. Por otra parte, creo que siempre hay que pisar ligero, pues lo que pisan fuerte, desordenan lo que tiene la vida de armonía.
Mucho gusto de verte paseando por este blog.
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Nov 11, 2014 @ 06:34:24
Consejo muy inteligente a llevar a cabo, ” por si acaso”:
“Lo absurdo puedo decirlo en voz alta,
más cuando digo algo cierto,
lo hago en un suave murmullo de voz”.
Nunca existe una Verdad Plena, quizás ni la propia Naturaleza tenga la razón completa. El aprendizaje auténtico reside en escoger y quedarte con todo aquello que veas más certero, de todas las disciplinas, de todas las religiones, de todas las culturas…de Todas, no existe lo absoluto, sino los parciales que unidos unos a otros forman el Todo, pero sin constituir un TODO ÚNICO.
“Las cadenas de su ceguera” le aportó mayor conocimiento y entendimiento, al faltar un sentido se potencia quizás, en mayor medida el intelecto sublime.
Precioso poema: ” Me veo en mis tres cárceles…”, dice ” me veo”, así es, a veces nos vemos a nosotros mismos en una escena real, observándonos a nosotros mismos”, como si la persona se desuniese de ella misma y formara parte de otro plano, es algo raro, a lo mejor forma parte de nuestra imaginación que es muy poderosa y debemos tener cuidado con ella, es un caballo que galopa agílmente.
Una preciosidad: ” (Pisa ligero, que pisas sobre mis sueños).”.
A veces nos tenemos que quedar sin respuestas: ” Sabemos que el cuerpo no siente nada tras la muerte.
Pero, ¿siente el espíritu tras abandonar el cuerpo?”, siempre necesitamos respuestas para todo, y yo tardé mucho tiempo en aprender por mí misma que a veces existen preguntas sin respuesta y se debe ser flexible en admitir tal cuestión. Y otras veces dejamos de preguntar, porque nos hacen sufrir las cosas, y hay que cuidar del corazón y el pensamiento, a veces debemos decirnos ” Dejalo estar”, tampoco pasa nada, ” Cuidate de los daños emocionales”.
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Nov 11, 2014 @ 22:23:48
No debemos dejar de buscar sin ponernos barreras, aún sabiendo que la Verdad total y única no la hallaremos. Tal vez, no recuerdo de quien es este pensamiento, en la múltiple pregunta y también en la múltiple respuesta halla, de algún modo, una respuesta.
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