Ahora que soy sordo
puedo oír claramente
el sonido del rocío.
(Now that I am deaf/ I can hear clearly/ the sound of the dew).
Sumido en el vacío, el hombre es capaz de acceder a la esencia misteriosa de sí mismo, para desde allí quedarse contemplando el ser, la esencia de las cosas y la esencia de sí mismo.
Este haiku, de autor desconocido, lo hallé citado en el libro La religión y la nada, del filósofo de la escuela de Kioto Keiji Nishitani (1900-1990). A juicio de este, el breve ilustra la potencia de la supraconciencia, que trasciende lo consciente y lo inconsciente, que se vive en la cercanía del sí mismo, el vacío de toda figura y de todo concepto. Nishitani, es un filósofo nihilista en el sentido de Eckhart y de Heidegger, que cree por lo tanto que la posibilidad de la existencia del ser descansa en el vacío. Se encuentra influido poderosamente por el pensamiento cristiano occidental pero desarrolla su filosofía en el ámbito del budismo.
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© Lino Althaner
2014
Nov 06, 2014 @ 03:02:26
Claro, hay que estar vacío para poder llenarse, quizás la sordera de Beethoven, aparte de sus sufrimientos que le pudo acarrear, le sumergió en ese Llenado de tantas melodías, no se rindió musicalmente ni espiritualmente, y Goya sería otro ejemplo.
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Nov 07, 2014 @ 00:04:15
Es verdad. La sordera física vuelta en capacidad de expresar armonías que parecen limitar con lo sobrenatural.
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